Habla tu mente Parte 4 de 4. Una historia del número 44. Esta historia es una continuación de la Parte 1, Parte 2 y Parte 3 de Habla tu mente. En nuestra última semana de la serie de 4 partes, hablamos con Andre Botha sobre la lucha que ha tenido con la salud mental en los últimos años. La historia fue publicada originalmente en el número 44 de la revista Movement. Escrito por Ricardo Miguel Vieira La salud mental ha sido un tema que a menudo fue encarcelado en las sombras por su cuidador, escondido allí como un asesino de la masculinidad. Pero, luego de la reciente muerte de dos de nuestros amados hermanos, Tyson Williams y Jarryd Wingfield, sentimos que es un tema que debe salir de las sombras y se discute; después de todo, uno de cada cinco australianos de 16 a 85 años experimenta una enfermedad mental en cualquier año, por lo que es probable que alguien en su círculo cercano de amigos, o usted, tenga problemas de salud mental en este momento. Parte 4 Andre Botha "Desde la infancia, el bodyboard ha sido una presencia ubicua en mi vida. Cuando era más joven, estaba literalmente obsesionado con eso. Remaba todos los días sin realmente preocuparme por las condiciones. A los 15, conseguí un patrocinio con Billabong que incluía un enorme cheque de viaje para perseguir las mejores olas del mundo y, por lo tanto, convertirme en el piloto más evolucionado que podría ser. Con el apoyo financiero y mi propio impulso para ser campeón, abandoné la escuela y seguí por un camino que me permitió ganar dos títulos mundiales mientras exploraba el océano en muchos lugares diferentes. Pero con el alivio de ganar el segundo título, y demostrando que no era solo una casualidad joven, perdí el impulso de competir y aplicarme completamente al bodyboard. Desde el punto de vista de mi edad, yo era un ingenuo de 18 años que trabajaba a través de sus propios cambios. Mientras intentaba descubrir ciertas cosas en la vida después de una dedicación indivisa al deporte, decidí seguir adelante y buscar una nueva dirección. Poco después de obtener mi segundo título, me mudé a California para vivir con una chica de la que me enamoré. Me interesé por la relación y descubrí nuevos intereses en el camino, como la fotografía y el arte. Estaba pasando menos tiempo haciendo bodyboard, apareciendo en la alineación solo cuando las fuertes olas y las buenas condiciones golpean la costa. Junto a estas transformaciones de la vida, una cadena de eventos se desarrolló lentamente y sigilosamente volvió las cosas más oscuras. En el transcurso de tres años, mi patrocinio con Wave Rebel se desmoronó cuando descubrieron que había estado montando tablas de bodyboard en forma de Nick Mesritz, Billabong afeitó mi paga sustancialmente cuando empezaron a desconectar del deporte y, aunque estaba continuamente activo en la gira. Mis resultados en concursos fueron cuesta abajo. Esos momentos decisivos se construyeron con el tiempo para ponerme en un estado de ánimo extraño. Perdí mucho peso y me entregué a las fiestas pesadas y al abuso del alcohol, lo que me sirvió de distracción de los desafíos futuros. Luego la relación con mi novia se fue a cenizas, lo que me dejó con un dolor de corazón adecuado y profundo. Las ruedas se cayeron y terminé cayendo en una depresión y mudándome a Sudáfrica para recuperarme de los años de eventos devastadores y de libertinaje perjudicial. "Es más fácil decirlo que hacerlo, pero creo que conocerte a ti mismo es una parte importante del proceso de curación". - Andre Botha Al quedarme en Durban con mis padres, mi vida entró en un limbo. Estaba sin patrocinadores y deprimido por las circunstancias en desarrollo de los últimos años. Durante el primer par de meses permanecí ocioso, luego me mudé a Ciudad del Cabo para trabajar durante casi un año en un Bed & Breakfast familiar. Durante este largo período, rara vez remaba. A mitad de mi nueva vida, un patrocinio entró en juego y recuperé mi motivación para volver al bodyboard. Supongo que trabajar en un trabajo regular después de una vida persiguiendo olas fue una verdadera revelación de lo afortunado que fui por tener la oportunidad de bailar y viajar. Así que volví a Durban y entrené duro durante tres meses hasta que finalmente estuve en condiciones de viajar. Mientras vagaba y navegaba por el mundo nuevamente, me encontré deslizándome lentamente en esos viejos y extremos hábitos. Surfearía cuando las olas eran buenas, pero no tanto como se esperaba. Simplemente no lo tomé en serio y tomé el dinero de los patrocinios por sentado. Muy pronto, estaría allí viviendo al límite, festejando y abusando de sustancias. Y una vez que las cosas se me iban de las manos, volvía a Sudáfrica, dejaba de beber, me centraba en el entrenamiento, el bodyboard y comía bien hasta que estuviera listo para el próximo viaje y volviera a reproducir el mismo comportamiento. Este círculo vicioso se prolongó durante bastante tiempo, alimentado por una depresión subyacente. Terminé enojando a todos en la comunidad de bodyboard. Este patrón destructivo se prolongó durante años hasta que alcancé mi último combate por abuso de alcohol en 2012. Acababa de salir de un año en el que perdí mi patrocinio con Turbo y mi querido amigo, Eddie Solomon (de 662 MOB, una marca que tiene me apoyó a lo largo de mi carrera). Mi carrera de bodyboarding fue un desastre y no corrí una sola ola durante ocho meses. Después de un período viviendo en MoRocco con mi futura esposa, regresé a Sudáfrica y ambos comenzamos a trabajar para mi padre en la investigación de energía renovable. En julio de ese mismo año, Trish y yo celebramos nuestra boda; Bebí tanto que cuando me desperté a la mañana siguiente, sentí que iba a morir. Después de años de arruinar mi cuerpo con alcohol, la realidad se activó y tuve un ataque de ansiedad que me asustó muchísimo. Justo allí decidí que quería vivir y me prometí que nunca más volvería a beber, y así continúa hasta hoy. A lo largo de los años, había desarrollado esta práctica de poder salir de la bebida, así que sabía que tenía la fuerza de voluntad para hacerlo y cuando llegó el momento, el pensamiento simplemente no se me pasó por la cabeza. Soy consciente de que no todo el mundo puede simplemente "salir" de una adicción o de una depresión como esa. Yo, por ejemplo, he estado lidiando con la ansiedad y la depresión durante los últimos dos años. Pero las personas tienen que encontrar las rutinas y prácticas que les ayuden a superar su lucha. Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo, pero creo que la experiencia de conocerme a mí mismo es una parte importante del proceso de curación. Seguramente fue durante mis momentos más profundos y oscuros que me conocí un poco mejor, permitiéndome apreciar de dónde vengo. Fui bastante rebelde contra las personas que intentaban ayudarme. Desde mi experiencia, hice todo lo posible para mostrar a los demás que necesitaba ayuda. Tuve la suerte de que la gente viniera a mí en esos momentos. Me sentí muy afortunada de que algunos miembros de la comunidad de bodyboard se hayan acercado a mis padres cuando estaba fuera de control, aunque al principio me enojé con ellos por traicionarme. Pero realmente, si te preocupas por alguien, entonces simplemente haces lo que hay que hacer. Aun así, a pesar de la ayuda, solo podría estar donde estoy ahora por mi propia cuenta. En última instancia, fue una decisión personal cambiar mis formas y hoy en día solo busco ayuda si la necesito. Dejar ir mi ego definitivamente es parte de mi proceso de recuperación. Estoy encantado de poder seguir viajando y viviendo el estilo de vida del bodyboard. Es algo en lo que siempre he confiado desde mi adolescencia y contribuyó a mi recuperación. Estar casado por seis años también trajo estabilidad a mi vida y, como estamos a punto de tener a nuestro hijo, estoy emocionada, y naturalmente también asustada, para el próximo capítulo. Hoy en día, confío mucho en las actividades físicas para mantener mi mente sana. Correr ha sido mi salvador en la vida, es un lanzamiento simple y organiza un poco el cerebro. Durante mucho tiempo, también llevé un bloc de bocetos conmigo; Era una forma de ser un poco productivo en tiempos oscuros. La liberación creativa puede ser muy beneficiosa. Si comienzas a dibujar en un lienzo en blanco sin una referencia mental, la imagen se formará como si el universo te estuviera guiando. En última instancia, sin embargo, lo que aumenta mi bienestar es montar olas pesadas. Me da un alivio directo al encontrar el equilibrio adecuado entre situaciones peligrosas y riesgosas. Esas son lecciones humildes que he aprendido a través del bodyboard y que me aseguro de aplicar a otras facetas de la vida. Estoy seguro de que seguiré conduciendo hacia la próxima ola ". Dedicamos esta función a Tyson Williams y Jarryd Wingfield. ¿Necesitas alguien con quien hablar? Póngase en contacto con Beyond Blue (1300 22 4636; beyondblue.org.au), Lifeline (13 11 14; lifeline.org.au) o con su servicio de asistencia nacional.
Original de : ANDRE BOTHA HABLA
Belleza de mensaje
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